Folk Tale

El Ciervo y los Bueyes

AuthorFélix María Samaniego
LanguageSpanish
OriginSpain

Con inminente riesgo de la vida un Ciervo se escapó de la batida, y en la quinta cercana de repente se metió en el establo incautamente. Dícele un Buey: -¿Ignoras, desdichado, que aquí viven los hombres? ¡Ah cuitado! Detente, y hallarás tanto reposo como perdiz en boca de raposo. El Ciervo respondió: -Pero, no obstante, dejadme descansar algún instante, y en la ocasión primera al bosque espeso emprendo mi carrera. Oculto en el ramaje permanece. A la noche el boyero se aparece: Al ganado reparte el alimento, nada divisa, sálese al momento. El mayoral y los criados entran, y tampoco lo encuentran. Libre de aquel apuro, el Ciervo se contaba por seguro. Pero el Buey, más anciano, le dice: -¿Qué? ¿Te alegras tan temprano? Si el amo llega, lo perdiste todo; yo le llamo Cien-ojos por apodo; mas, chitón, que ya viene. Entra Cien-ojos, todo lo previene. A los rústicos dice: -No hay consuelo: Las colleras tiradas por el suelo; limpio el pesebre, pero muy de paso; el ramaje muy seco y más escaso. Seor mayoral, ¿es éste buen gobierno? En esto mira al enramado cuerno del triste Ciervo: Grita; acuden todos contra el pobre animal de varios modos, y a la rústica usanza se celebró la fiesta de matanza. Esto quiere decir que el amo bueno no se debe fiar del ojo ajeno.


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