Folk Tale
Las exequias de la Leona
Author | Félix María Samaniego |
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Language | Spanish |
Origin | Spain |
En su regia caverna, inconsolable el rey León yacía, porque en el mismo día murió, ¡cruel dolor!, su esposa amable. A palacio la corte toda llega, y en fúnebre aparato se congrega. En la cóncava gruta resonaba del triste rey el doloroso llanto. Allí los cortesanos entre tanto también gemían porque el rey lloraba; que, si el viudo monarca se riera, la corte lisonjera trocara en risa el lamentable paso. Perdone la difunta: Voy al caso. Entre tanto sollozo el Ciervo no lloraba, yo lo creo; porque, lleno de gozo, miraba ya cumplido su deseo. La tal reina le había devorado un hijo y la mujer al desdichado. El Ciervo, en fin, no llora: El concurso lo advierte, el monarca lo sabe, y en la hora ordena con furor darle la muerte. -¿Cómo podré llorar, el Ciervo dijo, si apenas puedo hablar de regocijo? Ya disfruta, gran rey, más venturosa, los Elíseos Campos vuestra esposa: Me lo ha revelado, a la venida, muy cerca de la gruta aparecida. Me mandó lo callase algún momento, porque gusta mostréis el sentimiento. Dijo así, y el concurso cortesano aclamó por milagro la patraña. El Ciervo consiguió que el soberano cambiase en amistad su fiera saña. Los que en la indignación han incurrido de los grandes señores, a veces su favor han conseguido con ser aduladores. Mas no por esto advierto que el medio sea justo; pues es cierto que a más príncipes vicia la adulación servil que la malicia.
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