Folk Tale

Los ochavos robados

Translated From

Der gestohlene Heller

AuthorJacob & Wilhelm Grimm
Book TitleKinder- und Hausmärchen
Publication Date1812
LanguageGerman

Other Translations / Adaptations

Text titleLanguageAuthorPublication Date
De gestolen duitDutchM.M. de Vries-Vogel1940
Il centesimo rubatoItalian__
Những đồng Heller bị mấtVietnamese__
Den stjålne toøreDanish__
The stolen farthingsEnglish_1884
ATU769
LanguageSpanish
OriginGermany

Los ochavos robados

Hallábase un hombre comiendo con su esposa e hijos cuando se presentó un buen amigo y lo invitaron a su mesa.Al dar las doce vio el forastero que se abría la puerta y entraba un niño de poca edad, muy pálido y vestido de blanco.La criatura, sin mirarlos ni dirigirles la palabra, encaminóse a un aposento contiguo, del cual volvió a salir al poco rato, tan silenciosamente como había entrado.El segundo y tercer días repitióse la misma escena, hasta que el forastero se decidió a preguntar al padre de quién era aquel niño que cada mediodía entraba en la habitación.

- No he visto nada - respondió el hombre -, y tampoco sabría decir quién es.

Cuando volvió a entrar al día siguiente, el forastero señaló con el dedo, pero nadie vio nada.Entonces el hombre se acercó a la puerta del cuarto, la entreabrió y echó una mirada al interior.Vio al niño sentado en el suelo y escarbando febrilmente con los dedos entre las junturas de los ladrillos;pero al ver que el forastero lo miraba, desapareció.Explicó entonces éste a la familia lo que acababa de presenciar, describiendo al niño con toda precisión.Reconociólo la madre por las señas y exclamó:- ¡Ay, es mi pobre hijito, que murió hace cuatro semanas!

Levantaron los ladrillos y encontraron entre ellos dos ochavos, que un día entregó la madre al pequeño para que los diese a un mendigo.Mas él pensó:"Me compraré un bizcocho,"y se los guardó, escondiéndolos en una rendija entre dos ladrillos.Y he aquí que ahora no tenía paz en su tumba, y por eso cada mediodía iba a su casa en busca de los ochavos.Los padres dieron las monedas a un pobre, y el niño ya no se presentó más.


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