Folk Tale

El labrador y el diablo

Translated From

Der Bauer und der Teufel

AuthorJacob & Wilhelm Grimm
Book TitleKinder- und Hausmärchen
Publication Date1812
LanguageGerman

Other Translations / Adaptations

Text titleLanguageAuthorPublication Date
De boer en de duivelDutchM.M. de Vries-Vogel1940
Bác nông dân và con quỷVietnamese__
The peasant and the devilEnglishMargaret Hunt_
Chłop i DiabełPolish__
ATU1030
LanguageSpanish
OriginGermany

El labrador y el diablo

Érase una vez un labradorzuelo tan listo como astuto, de cuyas tretas podrían contarse no pocas historias, aunque la más graciosa de todas es la burla y mala pasada que le hizo al diablo.

Un día en que el campesino había terminado su labor y se disponía a regresar a su casa a la hora del crepúsculo, vio, en medio del campo, un montón de carbones encendidos.Acercóse muy extrañado y vio a un negro diablillo que estaba sentado encima.

- ¿Estás sentado sobre un tesoro?- preguntóle el labrador.

- Sí - respondió el diablo -.Sobre un tesoro en el que hay más oro y plata que jamás viste en tu vida.

- El tesoro está en mi campo, y, por tanto, me pertenece - dijo el labrador.

- Tuyo será - replicó el diablo - si durante dos años te comprometes a darme la mitad de lo que produzca tu campo.Dinero me sobra, pero me gustan los frutos de la tierra.

El campesino aceptó el trato, con una objeción:

- Para que no haya peleas a la hora de repartir, tú te quedarás con lo que haya sobre el suelo, y yo, con lo que haya debajo.

Parecióle bien al diablo, sin saber que el astuto labrador había sembrado nabos.Cuando llegó el tiempo de la cosecha presentóse el diablo para llevarse su parte;pero sólo encontró marchitas hojas amarillas, mientras el labrador, alegre y satisfecho, se quedaba con los nabos.

- Esta vez has llevado ventaja - protestó el diablo -, pero a la próxima no te valdrá.Será tuyo lo que crezca encima del suelo, y mío lo que haya debajo.

- Conforme - dijo el campesino.Pero a la hora de la siembra no plantó nabos, como la vez anterior, sino trigo.Ya maduro el cereal, el hombre se fue al campo y segó los tallos a ras del suelo, y cuando se presentó el diablo, al no encontrar más que rastrojos, enfurecido se precipitó por un despeñadero.

- Así se caza a los zorros - dijo el campesino mientras se llevaba el tesoro.


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